El vampiro de las ramblas
Si pasea por las ramblas de Barcelona tenga cuidado porque le puede asaltar el vampiro de la rambla de los Capuchinos. No se fíe del nombre porque actúa igual en esa zona que en la de las Flores, que en la de los Estudios, que en cualquier otro tramo. Es posible que usted no haya oído hablar nunca de él y a lo mejor se piensa que esto es una broma. No es extraño. Igual que la lluvia es el secreto mejor guardado de Paris, el vampiro de las Ramblas de los Capuchinos es el gran secreto de Barcelona. No verá una sola noticia hoy día en la prensa. No oirá hablar de él por la radio. Es lógico que eso pase ahora, el turismo acabaría en cuanto se supiese la noticia, pero no hay explicación de porque se ha ocultado en épocas pasadas. Si pregunta por turistas desaparecidos en cualquier consulado la respuesta será una negativa o el silencio. Pero si se adentra por las callejuelas del Rabal, y habla usted con sus habitantes, verá que lo que le estoy contando es la verdad. Con miedo la gente evitará contestarle, pero si es usted hábil y persistente le dirán que es cierto, que existe un vampiro que busca sus víctimas entre los paseantes a cualquier hora de la noche, que el vampiro existe desde siempre. Es así, existe desde hace años, muchos. Cien, doscientos años sin exagerar lo mas mínimo. Se ha ocultado, se le ha ocultado por motivos desconocidos, detrás de leyendas: Enriqueta Martí, el hombre del saco, el sacamantecas… incluso han condenado y ejecutado a inocentes, pero siempre ha sido él quién ha matado a muchas personas, los indicios razonables hablan de una al día, incluso mas. Si usted consiguiese que la policía municipal le dijese la verdad se daría cuenta que todo lo que le digo es lo cierto. Se daría cuenta de cómo son retirados los cadáveres, antes de que amanezca, que encuentran, día si y día también, en sórdidos portales. Le dirían lo pálidas que están las víctimas, que aparentan no tener ni una sola gota de sangre en su cuerpo. Y con pánico en sus ojos le contarían lo de los dos enormes agujeros que todas tienen en el cuello. Si hablase con el servicio de limpieza, o con escogidos conductores de ambulancias, se daría cuenta que eso sucede desde que ellos tienen memoria. Si duda de todo lo que le estoy diciendo, acuda al cementerio de Montjuich y pregunte por las personas que son enterradas discretamente a diario, en una fosa común alejada de la vista de todos, a horas extrañas, sin ningún tipo de documentación y sin dejar ningún registro. Negarán, pero mire usted fijamente a sus ojos y verá miedo y mentira en ellos. Si le queda alguna duda pierda usted un largo rato buscando en la hemeroteca de la biblioteca de Cataluña. Empiece por el año 1900, mire en La Vanguardia, en el Diario de Barcelona, en Las Noticias, en la sección de sucesos. Busque todo aquello que tenga relación con muertes extrañas y usted solo sacará las consecuencias. Lea los artículos, hablando de un vampiro en el barrio chino, de Joan Mas de 12 y 20 de julio de 1917 en el Diario de Barcelona y su extraña desaparición publicada el día 30 del mismo mes. Lea el articulo sobre un loco que mataba a sus víctimas mordiéndoles el cuello de Martí Albert en La Vanguardia del 5 de febrero de 1953 y su inexplicable muerte el 8 de febrero. Lea sobre la desaparición de Juan Golobart, periodista de TVE y colaborador de Tele Exprés, después de escribir un articulo el 17 de noviembre de 1974, sobre un vampiro en las Ramblas. O la historia de Veneranda López, emigrante gallega, única superviviente conocida del vampiro, que relata como es atacada (tenía solo 12 años) por un ser monstruoso que le muerde en el cuello (La Vanguardia 16 de marzo de 1928). Veneranda murió el 21 de diciembre de 1987 internada en el manicomio de San Boi en donde pasó su vida. Pero sobre todo recuerde este consejo: si pasea usted por las ramblas de noche sea precavido y mejor aún, si es posible, no lo haga nunca, y si lo hace no vaya solo.