10 pastillas
Abro la caja y saco de él las diez pastillas de color naranja que hacen juego con las letras de la caja que componen la palabra Largacil 100 mg. Una a una las voy sacando del blíster en donde están protegidas. Las pongo sobre la mesa formando dos hileras de cinco pastillas cada una. En 2008 se suicidaron en España tres mil cuatrocientas veintiuna personas, una de cada trece mil. Un millón en el mundo, veinte millones de intentos […] […] en un año, siete meses y trece días, si todos los suicidios de España fuesen en Barcelona, solo quedarían en ella los turistas […] Me relajo en el sofá escuchando la canción Son of a Preacher Man, interpretada par Janis Joplin que he puesto en el iTunes en modo repetir. ¡Que gran voz tenía esa cantante! Noto un ligero temblor en los dedos de mi mano izquierda. […] muere mas gente en el mundo por suicidio que a causa de guerras y de asesinatos […] […] uno de cada cuatro suicidas tiene menos de veinticinco años y dicen, dicen… que el noventa por ciento lo hace por trastornos psiquiátricos. […] […] no hay estadísticas acerca de lo que se suicidaron hace años y siguen levantándose cada día a las seis de la mañana para ir a trabajar […] […] tampoco hay estadísticas de las que lo hicieron hace tiempo y siguen cumpliendo con su vida de amantes esposas [...] Made in RapidWeaver
Me levanto para ir al fregadero y llenar un vaso de agua. Vuelvo a la mesa cojo la primera pastilla, la pongo en mi boca y con la ayuda de un poco de agua la trago. Repito la operación una y otra vez hasta que la mesa está vacía.
El cuerpo se me está yendo poco a poco hacia delante acompañado por mi cabeza. Ahora me tiemblo también la mano derecha y no sé si otras partes de mi cuerpo. A pesar de todo me encuentro bien.” How well I remember the look that was in his eyes stealing kisses from me on the sly” oigo que alguien dice en la lejanía.
El mundo se ha vuelto lento, la música también, suena como a treinta y tres revoluciones. Estoy como pegado con cola de impacto al sofá. Pruebo, por probar, a incorporarme. Me resulta imposible.
Empiezo a sudar a pesar de que hoy era un magnifico día de primavera, no hacía calor, tampoco frío. Un liquido caliente baja por mis piernas. Siempre asoma lo ridículo en todos los actos humanos.
La música ha cambiado, oigo una sonata de piano ¿Claire de Lune de Debussy?. Verlaine y la luz blanca lo invaden todo. Las células de mis temblorosas manos se muestran detalladas.